¿Por qué nos enojamos cuando tenemos hambre?

No sé tú pero yo, cuando tengo hambre, me pongo peor que Hulk, y no hay quien me aguante. Pero sabes qué, ¡hay una explicación científica del por qué nos enojamos cuando “nos chillan las tripas!

Nuestro cuerpo grita… ¡comida!

Todo lo que comemos se transforma en aminoácidos y ácidos grasos que el cuerpo utiliza como energía para funcionar. Si pasas mucho tiempo sin ingerir alimentos, el cerebro registra una baja en los nutrientes en la sangre, y esto es percibido como una amenaza.

¿Qué hace tu organismo? Empieza a enviarte señales de que necesitas comida. ´Por ejemplo, hace que te cueste trabajo concentrarte, te hace propenso a cometer errores y también… ¡te lleva a tener reacciones de furia y a explotar contra el que se te ponga enfrente!

Las hormonas te ponen a la defensiva

Por si esto fuera poco, agrégale la acción de las hormonas. Cuando no comes, la glucosa de tu cuerpo se va por los suelos, y nuevamente el cerebro toma cartas en el asunto. Envía señales para que se sinteticen hormonas como la epinefrina y el cortisol, que tratarán de compensar el azúcar que necesitas, pero te pondrán a la defensiva y de mal humor.

De acuerdo con una investigación de la Universidad de Cambridge, la escasez de alimento también baja la producción de serotonina en tu organismo, eso debilita la comunicación de algunas partes racionales del cerebro, lo que dificulta el control de la ira y el enojo. En pocas palabras, sí, es cierto,  NO ERES TÚ CUANDO TIENES HAMBRE.

Escucha a tu cuerpo y, la próxima vez que te percibas enojado por hambre, come un snack saludable en lo que vas a comer. Evita los azúcares y carbohidratos simples porque se sintetizan muy rápido, no te proporcionan nutrientes y harán que tengas MÁS hambre.