Carne de cerdo y sus mitos

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La carne de puerco aporta vitaminas B1 y B3
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Consuelo Hernández

Editora de Salud180.com, egresada de la UAM-X. Disfruta de la música y la naturaleza. Fan del ciclismo y del buen humor.

19-10-2011

Existen muchos mitos sobre los beneficios y perjuicios del consumo de la carne de cerdo, que van desde un supuesto alto contenido en grasas, hasta su baja aportación de nutrimentos. Sin embargo, información publicada por la American Dietetic Association, este alimento aporta las proteínas que el cuerpo necesita para conservar sanos y fuertes los tejidos del cuerpo.

 

De acuerdo con datos presentados por la revista Balance, la carne de puerco ayuda a construir músculos sin grasa. En tanto, la National Pork Board explica que "85 gramos de carne magra de cerdo proporcionan la misma cantidad de proteína que una taza y media de leguminosas, con la mitad de calorías". A continuación, te presentamos los principales mitos sobre este alimento.

 

1.- Tiene mucha grasa: Esto es falso, debido a que 65% de la grasa que contiene el cerdo se retira durante el proceso de corte. De la que queda, 70% es poliinsaturada (de la buena) y sólo el 30% es saturada (la mala).

 

Además, la cantidad de colesterol en el cerdo es igual o menor que en otras carnes; es rica en ácido linoleico, el cual neutraliza los efectos negativos de las grasas saturadas.

 

2.- No aporta beneficios nutrimentales: Es mentira. Además de la proteína, la carne de cerdo es rica en vitaminas B1 y B3, esenciales para el funcionamiento del corazón y el sistema nervioso, y para mantener la piel en buen estado. Su dosis de fósforo, fortalece los huesos y genera energía en las células.

 

Gracias a su aporte de potasio, es ideal para personas que sufren hipertensión arterial.

 

 

3.- Transmite enfermedades: Durante muchos años se creyó que la carne de cerdo era la culpable de transmitir cisticercosis. Sin embargo, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía señala que este padecimiento no se presenta por comer carne de cerdo mal cocida, sino que es resultado de infecciones externas o autoinfección (cuando se tiene el parásito y por los movimientos intestinales llega al estómago).

 

Actualmente las unidades de producción porcina son sujetas a programas de control de calidad, que garantizan que el consumo de la carne sea totalmente seguro.

 

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