¿Jamón ibérico y vino tinto para bajar de peso?

Por fin una dieta que nos levanta el ánimo, una en la que el cerdo y el alcohol (moderadamente) no son pecados capitales. En fin, un método perfecto para ponernos en forma, tanto en la parte física como en la salud como tal, pero, ¿cómo bajar de peso con jamón ibérico y vino tinto?

Este “paso de avance” se lo debemos al especialista Rubén Bravo, naturópata experto en Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, quien ha elaborado una dieta basada en el jamón ibérico y el vino tinto, como “buena para el paladar y buena para el corazón”.

  ¡Baja hasta seis kilos!

Según el especialista la dieta permite perder entre 4 y 6 kilos, en sólo 4 semanas; toma en cuenta de que depende de la composición corporal, sexo y la actividad física de cada persona. Además, la nutrición que se propone implica comer variado, y la posibilidad de tomar vino y comer jamón de forma regular, o lo que sería lo mismo, a diario.

“Tomados con moderación y dentro de una tabla de alimentos compatibles, el jamón ibérico y el vino tinto son dos productos que, más allá de su sabor, tienen otras muchas cualidades beneficiosas para el corazón por su efecto cardiovascular previenen enfermedades y favorecen que los factores de medición de algunas enfermedades mejores”, dice el doctor Bravo.

Entre las ventajas que se señalan al vino tinto, se encuentran su capacidad de reducir considerablemente el riesgo de enfermedad coronaria, arterioesclerosis, Alzheimer o demencia senil, entre otros, “además de retrasar el envejecimiento celular del organismo”.

En las especificaciones, Bravo señala que el vino tinto es mejor que el blanco porque sus propiedades saludables son superiores debido a que la piel de las uvas usadas para su preparación es rica en  taninos y antioxidantes.

Por su parte, el jamón ibérico se señala como una fuente perfecta en la incorporación al organismo de hierro y vitaminas del grupo B, fundamentales para el buen funcionamiento del sistema nervioso, el cerebro y para mantener una adecuada masa muscular.

“Comer diariamente 120 gramos de jamón disminuye significativamente el colesterol y los triglicéridos. Esto se debe a su bajo contenido en grasas saturadas, un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y una tasa de colesterol inferior a la de carnes magras como la del pollo o pavo o la de algunos pescados como la merluza o el bacalao”, dice el profesor José E. Campillo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura.

  Checa la dieta

El desayuno incluye pan y jamón (hasta dos lascas), fruta (excepto plátano, mango y melón); café sólo o con leche descremada. Los deportistas pueden agregar una tortilla francesa con un huevo y las claras de otros dos.

La comida llega con verduras cocidas para acompañar un plato principal ya sea pescado, o carne de ave, o de ternera; incluso, carne magra de cerdo al horno o a la plancha. Se puede incluir  un guiso, sin grasa, una vez a la semana.

Y la cena, esa que generalmente nos limita, aquí viene con un caldo de pollo (en México sería un consomé), dos lascas de jamón ibérico, además de un poco de carne o pescado, y entre 80 y 150 gramos, y de postre una onza de chocolate negro puro. 

Además, no olvides la merienda entre comidas. Entre desayuno y comida una pieza de fruta y un par de nueces; en la tarde, entre comida y cena,  se puede incluir un café descafeinado (sólo o con leche descremada) o una infusión, un yogur desnatado y un par de nueces.

Queda bien especificado que el pan está permitido sólo en el desayuno, y que se puede beber agua natural sin límite. El consumo de vino tinto en esta dieta -hipocalórica, rica en frutas, verduras y proteínas saludables- se circunscribe a una copa de 150 ml en el caso de las mujeres y dos copas en el caso de los hombres, en ambos casos repartidas en las dos comidas.

Los comentarios al respecto añaden que el efecto rebote en esta dieta es nulo. Y tú, ¿qué otro tipo de dieta conoces ara bajar de peso?, ¿funciona?