Lecciones que aprendimos después del temblor de 2017

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Lecciones que aprendimos después del temblor de 2017. Foto: iStock
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POR: Salud180.com

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10-01-2020

Así como hace 33 años el terremoto del 19 de septiembre de 1985 nos dejó marcados como sociedad, los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 nos dejaron importantes lecciones que deberán quedar en nuestra cultura de prevención para evitar nuevas tragedias.

 La solidaridad no necesita convocatoria

 

Una lección que tenemos clara desde el temblor de 1985 es la solidaridad de la que somos capaces y que el año pasado nuevamente se hizo presente.

 

Lejos de lo que se pensaba de la generación de jóvenes en la actualidad, en una época en la que se suponía que los millenials eran apáticos, egoístas y desinteresados, quedó demostrado que son mucho más que “adictos a las  selfies”. 

 

La crónica, “El Jueves negro que cambió México “, de Emilio Viale (El Universal, 1985), volvió a cobrar sentido: “¿Quién convocó a tanto muchacho, de dónde salió tanto voluntario, cómo fue que la sangre sobró en los hospitales, quién organizó las brigadas que dirigieron el tráfico de vehículos y de peatones por toda la zona afectada? No hubo ninguna convocatoria, no hubo ningún llamado y todos acudieron”.

 Nunca hay que bajar la guardia

 

Después del 85 nació la cultura de prevención sísimica en nuestro país. Sin embargo, a pesar de los simulacros y de recordar año con año la tragedia de entonces, muchos habían relajado medidas.

 

El 7 de septiembre vivimos un sismo fuertísimo, 8.2 grados con epicentro en Guerrero, que causó destrucción, entre otras zonas, en Oaxaca y Chiapas, pero que no había dañado las zonas más pobladas del país.

 

Y como si el destino nos mandara un examen que reprobamos, cuando muchos se estaban “congratulando” porque “no pasó a mayores”,  justo el día de la tragedia anterior volvimos a sentir en carne propia la desgracia.

 

Martes 19 de septiembre de 2017, 13:14 horas, sismo 7.1 grados con epicentro en Puebla-Morelos, más cercano a zonas con mayor densidad poblacional.

 

Hoy sabemos que la naturaleza no tiene palabra de honor y que nunca debemos bajar la guardia. Por ello:

 

  • Siempre ten a la mano una mochila de emergencia (ropa, botiquín, radio portátil de baterías, silbato de emergencia, portallaves con copias de tu vivienda y auto, agua potable y comida enlatada para tres días).
  • Duerme con pijama. No pierdas tiempo vistiéndote.
  • Traza una ruta de evacuación rápida y segura.
  • Ubica triángulos de la vida en tu casa o lugar de trabajo.

 

Pero sobre todo, transmite esta cultura preventiva a tus hijos y haz que ellos la transmitan a sus hijos. México está en una zona sísmica, siempre hay un riesgo latente. 

 Benditas redes sociales

 

Las redes sociales sirvieron de mucho en el terremoto del 19S. Ayudando a localizar víctimas, se ocuparon para hacer denuncias y por su inmediatez fueron utilizadas para organizarnos.

 

Sin embargo, también fue fácil esparcir rumores e información falsa. Ahora sabemos que antes de compartir cualquier cosa debemos cerciorarnos. Verificar con las fuentes oficiales o al menos con más de tres testigos los hechos.

 

Dada la velocidad con la que cambiaron las cosas, ahora sabemos también que no debemos compartir información demasiado “vieja”, un hallazgo, un requerimiento, una petición de ayuda puede cambiar de un momento a otro. Al menos hay que estar al pendiente de actualizarnos. 

 

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