Celos fatales en las relaciones amorosas

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Mujer celando a su pareja
Celos fatales en las relaciones amorosas. Foto iStock
Karla T.

POR: Karla T.

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04-10-2011

De manera general todos los seres humanos sienten celos en algún momento de la vida, los cuales son completamente normales. Estos no distinguen de  género, edad, raza o posición económica, explica Mina Shterenberg Uribe, integrante de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).

 

Al respecto, la especialista refiere que “los celos se presentan desde la niñez, por ejemplo, cuando la mamá espera a un segundo hijo y el primogénito se siente desplazado, o bien, con los hermanos al momento que uno de los padres presta mayor atención a otro, también se dan con los éxitos laborales de la pareja y así sucesivamente conforme pasan las vivencias de cada persona”.

 

Sin embargo, dicha característica se acentúa en las relaciones amorosas y en esta etapa hay “temor al sentir que su pareja prefiera a otra u otro”, afirma la experta.

 

En esta situación, los celos llegan a causar cierto tipo de problemas como un disgusto o una discusión pasajera entre la pareja; no obstante, tarde o temprano se resuelven las diferencias  y no se tienen mayores inconvenientes.

Incluso, prosigue la entrevistada: “en las relaciones sentimentales son naturales los celos normales. A la pareja le gusta sentirse única, amada, querida y valorada y cuando sucede así, él o ella notan que el otro tiene gran interés, por ello los celos normales llegan a convertirse en una especie de gozo”.

Asfixia total

Shterenberg Uribe señala que los celos son patológicos o enfermizos porque quien los padece está de sobremanera preocupado –injustificadamente– por la pareja amada. Es decir, ya no son una característica sana e idónea sino que se convierten en aspectos frustrantes cargados de angustia e infelicidad.

 

En este sentido, las personas con esta patología o conducta anormal registran sentimientos de inseguridad, tienen excesivo miedo al reemplazo y a la traición por parte de la pareja. Además, de manera constante se comparan con el “tercero en discordia” y regularmente imaginan sospechas mal infundadas, refiere la especialista del SPM. 

 

Es así que las frases más comunes que dicen los que se encuentran en esta condición son: “si me dejas me mato”, “¿a quién miras?”, “¿a dónde irás?”, “¿con quién saliste?” y “¿por qué tardaste tanto?”, entre muchas más. Por lo regular, quienes las efectúan son chantajistas y las manifiestan  con insultos, enojo  y, en casos severos, llegan hasta los golpes.

 

Por otra parte, la pareja dañada mental pero físicamente también ya no vive feliz, ya que continuamente “el enfermo” la cuestiona por sus actos, la hostiga increpándole lo que debe o no de hacer, por lo que se siente completamente asfixiada; no obstante, en ocasiones no comprende o entiende el porqué de dicho escenario.

¿Celoso yo?

La mayoría de los casos de celotipia no la reconocen ni mucho menos la aceptan. Algunos, incluso, se escudan bajo el precepto del amor, y afirman que actúan así porque sienten “algo muy fuerte” por la pareja amada, señala la sicóloga del SPM.

De acuerdo con Shterenberg Uribe, aquellos que se hallan en este panorama tienen pequeñas dosis de felicidad; sin embargo, la mayor parte del tiempo discuten y surgen los sentimientos de “autocompasión” hacia el celoso, por lo se que crea un círculo de amor-desamor y dependencia.

Por su parte, la pareja perjudicada tiene mucho que ver en cuanto a los lazos amorosos ya que en sus manos está continuar con la relación enfermiza, o bien, establecer límites.

No obstante, el hecho de poner un alto total no significa que él o ella finiquiten la relación, si bien el celoso no admite que su conducta es equivocada.

La pareja juega un papel importante en el proceso de entendimiento y aceptación y es (ella o él) quien puede apoyar al enfermo instándole a que busque ayuda profesional y continua, finaliza Shterenberg Uribe, quien también es catedrática adjunta de la Universidad Iberoamericana.

 

Solucionen su relación enfermiza

 

Hagan conciencia e identifiquen que no son felices.

Dialoguen (sin pelear o agredir) respecto a su escenario sentimental.

Realicen deportes, o bien, distráiganse en cualquier pasatiempo favorito.

Dense su espacio (no todo tiene que girar alrededor de la pareja).

Aclaren dudas en cuanto a sospechas y fantasías irreales.

Observen que conforme el tiempo pasa se dificulta la relación amorosa.

Inicien un tratamiento (individual o de pareja) para, paulatinamente, comenzar a comprender el porqué de tal situación.

 

Características del celoso

 

Demuestra inseguridad.

Por lo general se deprime porque afirma que no lo quieren.

Amenaza constantemente a la pareja.

Llega a lastimar física y verbalmente.

Controla las decisiones y el entorno social.

Revisa los mensajes de texto en el celular y los correos electrónicos.

Cuestiona la manera de vestir.

Prefiere que la persona amada siempre este en casa y que generalmente no salga sino es acompañado de él o ella.

Persigue a su pareja en cualquier lugar al que se dirija.

Chantajea y argumenta que se irá de la casa o que atentará contra de su vida, por mencionar algunas.

Piensa que lo cambiaran a la “primera oportunidad” que se le presente al sexo opuesto.

Es manipulador excesivo y se hace la víctima.

Afirma regularmente que cambiará, pero no lo hace.

 

 

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