Cómo hacer ejercicio con fibromialgia

Actualmente no existe una cura para la fibromialgia, por lo que su atención se concentra en ayudar a minimizar su impacto sobre la vida de un paciente y en tratar sus síntomas, tal es el caso del ejercicio. Por lo que en Salud180.com te decimos cómo hacer ejercicio con este padecimiento.

Existen áreas que se llaman “puntos sensibles” que pueden ser especialmente dolorosos cuando se les aplica presión, como las articulaciones o el área que rodea el cuello.

Un médico puede recetar medicamentos para ayudar a lidiar con el dolor, pero existen otras cosas que puedes realizar para aliviar sus síntomas, como hacer ejercicio, el cual ayuda a reducir el dolor, tener más energía, reducir el estrés y a dormir mejor.

En entrevista para Salud180.com, la psicóloga en salud, María Isabel Barrera, nos explica cómo la ansiedad y la depresión pueden detonar fibromialgia:

De acuerdo con el Institut Ferran de Reumatología, un programa adecuado de ejercicio debe incluir un precalentamiento, una base de ejercicio aeróbico suave y una secuencia de relajación, con unas series de estiramientos, seguidos de una fase de reposo.

El tipo de ejercicio aeróbico adecuado corresponde a un programa de bajo impacto, como caminar, ir en bicicleta cómoda, ejercicio aeróbico en agua a temperatura confortable (30 º) o natación. Este tipo de actividades tienen muy bajo riesgo de inducir traumatismos o lesiones.

La práctica de ejercicio en un grupo homogéneo, es decir, que no sólo sufra la misma enfermedad, sino que tenga grados de afectación similares, permite mejorar el cumplimiento al minimizar la monotonía.

La aplicación de calor previo, o incluso si está prescrita por su médico, alguna ligera medicación analgésica, puede favorecer las fases iniciales del inicio de actividad.

Para establecer una rutina se deben considerar los siguientes aspectos:

1. Frecuencia: iniciar el programa tres veces a la semana en días no consecutivos como máximo. Cuando aumenta la duración de los ejercicios puede disminuir su frecuencia.
2. Duración: lo ideal es marcarse un objetivo de 20 a 30 min, aunque lo más recomendable es iniciar con sólo 15 a 20 min. Esta duración permite el máximo beneficio cardiovascular sin aumentar el dolor o la fatiga.
3. Intensidad: el ejercicio máximo debe establecerse en la zona comprendida entre el 60 y 80% de la “frecuencia cardíaca máxima” y debe monitorizarse durante la actividad.

En la gran mayoría de casos, la mejoría debida a la práctica de un ejercicio regular permite mayor seguridad y grado de independencia, permite controlar mejor el peso y disminuir la frecuencia cardiaca en reposo, así como la sensación de malestar general. Por lo cual, si padeces esta enfermedad, el ejercicio es una gran opción para ti.

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