Equilibrio es la paz y sanación

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Sanación
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: J. Manuel Reyes

Editor de Salud180.com Aficionado a las nuevas ideas. Una palabra lo cambia todo.

04-06-2019

Somos espíritus viviendo una experiencia humana y en este plano físico hay leyes que debemos aprender a respetar y a fluir con ellas para lograr la sanación.

 

Estamos en una escuela de tiempo completo donde la finalidad es aprender de la experiencia. Se trata de llegar a un equilibrio en todos los sentidos; por ejemplo, si nos movemos todo el tiempo moriríamos y si no nos moviéramos también. Se trata de encontrar un punto medio.

 

Hay otra ley llamada la Ley del Ritmo que dice: “Que todo fluye y refluye; que todo tiene su periodo de avance y de retroceso; que todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma hacia la izquierda”.

El ritmo es la compensación. Nosotros podemos ver esta ley generalmente en nuestras emociones; esto es, si estoy muy eufórico luego estaré muy triste, esta ley se conoce también como la Ley del Péndulo y podemos vivir en el pendulazo de las emociones, qué feliz soy, qué triste estoy, cómo te quiero, cómo te odio, sin entender que es una Ley y que la distancia que recorre hacia un lado, luego irá en sentido contrario.

 

Esto se puede resumir a que nuestros altos no sean tan altos, para que nuestros bajos no sean tan bajos. Podríamos pensar que esta es una manera muy aburrida de vivir, ya que estamos acostumbrados y educados para el “drama” y es esto lo que le da sentido a nuestras vidas.

 

Sin embargo, la paz se encuentra en el equilibrio. Cuando logro identificar mis pensamientos, y a conciencia escoger los que son buenos para mí, los que me dan paz, bienestar, abundancia, etc., es así como logro el balance.

 

La meditación es una gran herramienta para lograrlo, es justamente para mantener el equilibrio entre el afuera y el adentro. No podemos estar todo el tiempo afuera y esperar estar armonizados.

 

La meditación nos regala la posibilidad de ir hacia adentro y conectar con tu esencia para, desde ahí, percibir y vivir el afuera. Necesitamos más tiempos de silencio y de aquietamiento para recordar nuestro origen sagrado y no irnos con la apariencia de lo que está sucediendo afuera. El equilibrio es la paz.

 

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